El año que viene parece que llega un poco deshinchado en cuanto a expectativas se refiere pero eso no debe impedirnos el disfrutar de el, y con más razón aún si cabe.
Recuerdo de mi etapa adolescente que siempre esperaba de una manera impaciente casi ansiosa el "conectar" con alguien del sexo opuesto, la realidad se obstinaba en demostrarme que cuanto más lo deseaba menos probabilidades existían de que ocurriera. En cambio, cuando nada esperaba y la situación era, en teoría, poco propicia; de repente se daba esa maravillosa situación que hacía que todo fuera de colores.
Quien no recuerda esa vieja chaqueta heredada o comprada en rebajas que se convirtió en la prenda preferida e irremplazable. Cuando tenía pocos años de carnet me regalaron un coche de mas de quince años y todavía conservo un magnifico recuerdo de algo que la primera vez que vi pensaba que no iba a durar ni una semana.
Todo esto me hace pensar que voy a encarar 2012 sonriendo con ganas de todo y con la esperanza de ser sorprendido, quien sabe si hasta por mi mismo.
FELIZ AÑO
