sábado, 29 de septiembre de 2012

Oscuro.

A Lola.

El yin y el yang, el blanco y el negro, el dudoso bien y el supuesto mal, las escalas y tonalidades, lo borroso y lo ambiguo. El poso de la primera juventud, adolescencia  y transgresión, paseo por el jardín prohibido. 

¡Cuanto atrae lo no permitido, que placer da ser travieso!, la condición de llevar la chupa de cuero en la sangre de por vida. Ser, frente a lo establecido, es sentir y realizarse.

Y apareciste, mirarnos y conocernos, no hubo dudas, ambos teníamos algo de ángel y una parte de diablo.  Los dos supimos que jugábamos con fuego y nos lanzamos a un envite sin pactar las reglas.

Disfrutamos del día y la noche, lo claro y lo oscuro. Nos mirábamos a la cara con una sonrisa cómplice al lanzarnos por pendientes sin saber que había abajo. Subidones de adrenalina al explorar nuevas sensaciones, siempre juntos.
Nada rompía nuestra mirada, por muy arisco que fuera el juego, la seguridad que me daban tus ojos, ese azul, tan inmenso y acogedor. Tu respeto.

Tan seguro era el puerto, que siempre salí sin mapa, sin carta de navegación. 
Tuve dudas en el día y fui consciente en la noche, me había perdido.¿Que hacer?.
Nuevas sensaciones: temor, ansiedad y dudas.


Ya no me interesa el riesgo, ni me atrae el juego, nada de sensaciones fuertes, solo verte de nuevo. Y no te encuentro.....