No había conversación en la mesa, tras respirar profundo y
mirarlo fijamente, me atrapó. No podía salir; agobio, nervios, susto y temor,
encerrado en el cuadrado, todo se mueve y cambia por momentos.
Una luz azul clara, una mujer morena; la reina de corazones,
sonríe y siento mucha paz, me acaricia con cariño, la miro a los ojos, está
llorando. Nos despedimos sin palabras y siento que ya nos queremos, pero no me
habla.
Quiero seguir buscando la salida, volver a donde estaba, y
no veo el final, el cuadro oscila y se transforma, como un complejo laberinto.
Azul oscuro, fundido con rojo, una mujer rubia aparece con
el torso desnudo, me llama y me besa despacito, como en un susurro. Quiere
fundirse conmigo pero no tiene ojos donde mirarme y yo solo quiero marchar.
No hay solución, no atisbo las fronteras o límites de esta
casilla, me desespero, el suelo se mueve y el cielo cambia de color, siento que
quedaré atrapado aquí siempre.
Papá, papi!, papááá!!!!, ¿te traigo algo de postre?, y sonriendo liberado le respondo;
no gracias, mi amor.
Atrapado en un cuadrito del mantel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario