Suenan las hojas al andar, muertas ya, gritan su último aliento para poner música a nuestro paseo de otoño. Buscan cada paso para intentar colarse bajo los zapatos y así poder cantar. Otras, las más ligeras, remontan el vuelo para dibujar piruetas acrobáticas en el aire.
Tú las observas pensativa y yo aprovecho la canción para subir por el cuello de tu abrigo.
Pero qué bonito! Cómo nos inspira el otoño.
ResponderEliminarUn abrazo de hojas
Gracias Ana, el otoño es agridulce como tantas otras cosas en la vida. Un abrazo de hojas también para ti.
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